Bandejas de Comunión

Las bandejas de comunión se utilizan para que en el momento de comulgar los fieles las partículas de la Eucaristía no caigan al suelo. Es el acólito quien sujeta la bandeja, que posteriormente será purificada. Es una muestra de fe, delicadeza y amor con el Santísimo Sacramento.

Su uso está señalado en la Instrucción General del Misal Romano y según la Instrucción Redemptionis Sacramentum “se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento.”

Nuestras bandejas de comunión son de metal dorado, con baño de oro o plata y las más económicas de níquel.

Dice Tertuliano que es preciso tener sumo cuidado para “no dejar caer en la tierra la mínima partícula”. Liturgia Papal